lunes, 12 de julio de 2010

Deberíamos pensar como si fuéramos un hotel.

Debemos pensar como si fuéramos un hotel.
Si pensáramos que somos un hotel, deberíamos pensar en qué tipo de huéspedes queremos tener, en realidad esos huéspedes son las personas con las que tratamos todos los días.
Sin embargo comencemos por describir la clase de hotel que somos o pretendemos ser:
* Imagen. La imagen es lo más atractivo de un hotel y es muy importante que sea del gusto de la gente que queremos atraer. Un hotel que no se preocupa en su imagen para atraer a la gente es muy incómodo, da pena que te vean hospedarte ahí. De plano entrarás porque o no cuentas con los recursos necesarios para conseguir “algo mejor” o porque no tienes ganas de seguir buscando y ese hotel, en el peor de los casos, satisface tus necesidades inmediatas. Aunque haya problemas inevitables hay que procurar brindar nuestra mejor expresión, pensando en nuestro hotel, no porque hayan problemas financieros dejaremos de esmerarnos por mantener el orden, la limpieza y uno que otro retoque de pintura para dar la mejor imagen posible.
* Valores. Los valores como la dignidad, lealtad, excelencia, respeto, amistad, honradez, integridad son algunos de los valores de los mejores hoteles. No podemos soportar huéspedes que atenten contra estos valores.
* Dignidad. Ninguna persona con la que contemos a nuestro alrededor puede obligarnos a hacer cosas que no nos parecen correctas.
* Lealtad. Debemos ser leales a nuestros huéspedes y darles completo lo que ellos están pagando por alojarse en nuestro hotel.
• Excelencia. Debemos procurar a nuestro hotel atendiendo cada una de sus habitaciones, recepción y áreas comunes para que nuestros huéspedes sientan el mejor trato y se sientan consentidos por nosotros. No solo en la inauguración se saca lo mejor.
* Respeto. De nuestros huéspedes debemos esperar el mismo respeto que nosotros le ofrecemos, ni más ni menos, mientras más respeto demostremos más respeto merecen nuestras instalaciones. Es importante que sepamos que al escuchar no eliminamos la confianza.
* Amistad. El trato cordial debe de ser sincero, dándole a nuestros huéspedes la mejor calidad por el gusto de dársela no por compromiso, dándole a nuestros huéspedes la mejor sonrisa para que estemos seguros de que regresaran una y otra vez; tener empatía con nuestros huéspedes, ponernos en sus zapatos, involucrarse y tener una real y autentica atención. En múltiples detalles podemos mostrarnos amistosos y tolerantes.
* Integridad. Ninguna persona por más importante que sea puede atentar contra nuestra integridad, si dejamos que atenten contra la integridad, tal vez sea el fin de nuestro hotel, o éste nunca volverá a ser el mismo. Así como tampoco es justo que nosotros atentemos contra la integridad de nuestros huéspedes.
Hay veces que por falta de valor para tomar una decisión que nos permita ser libres estamos dispuestos a consentir huéspedes que no son gratos o que sabemos que no nos van a dar una buena reputación ni nos van a ayudar a cumplir con nuestros objetivos. Hacemos esto por miedo a represalias, o porque no nos sentimos capaces de recibir a huéspedes de calidad.
Para mantener nuestro hotel y poder dar la mejor hospitalidad lo equivalente a limpiar, dar mantenimiento, reparar, en fin, toda la retroalimentación, sería lo mismo que cuidar nuestra salud, nuestra imagen pública, hacer ejercicio, leer, especializarnos en las tareas que realizamos en nuestros trabajos, ser atentos con nuestros semejantes. Por ejemplo: imaginemos que nuestro hotel tiene una biblioteca, entonces, al llegar un huésped que gusta de la lectura y no encuentra libros suficientes, pues no se sentirá satisfecho y no regresará. Otro huésped puede gustar de la buena cocina, entonces debemos procurar tener los mejores ingredientes y las mejores recetas para agradarlo, en fin, ser buenos anfitriones.
Aplicando a la realidad el párrafo anterior el tener muchos libros es equivalente a saber de los temas que queremos tratar con la gente que nos interesa tener a nuestro alrededor y la cocina será las gracias o cualidades que debemos tener para consentir a nuestros amigos, parejas, hijos, empleados, jefes, etc.
Somos el reflejo de lo que estudiamos, de lo que leemos, de los que escuchamos, de lo que hace la gente con la que nos relacionamos y eso es lo que podemos ofrecer. Si hacemos cosas que no están bien pues es poco probable que las queramos compartir y por eso nos pueden percibir como personas vacías, u hoteles clandestinos en este caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario